He tocado, besado y hecho el amor con el fondo
y ahora estoy embarazado
del dolor, a punto de parir otros días. Ahora dan patadas,
aún no sabemos si son días o noches,
si la ropa que comprar debe ser negra o rota,
si esos días quieren ropa,
si serán lunes, tedio, caspa o velocidad.
Pero el vientre sabe a viernes. Y a día con luz.
Y las patadas. Las patadas tienen luz.
Yo y el fondo siempre nos quisimos mucho,
es normal que nazca un ángel. Ya rompen sus alas
caderas, estómagos y otros fetiches
para impulsarme como el enero que imaginó diciembre.
Afueras de Phoenix (Arizona) o La Borracha (?)
-Siempre al amanecer-
Poesía perteneciente al definitivo “Mañana iremos a bañarnos”
Germán Piqueras